miércoles, 4 de junio de 2014

La tecnología y los amigos de Franco De Vita se ganaron a los quiteños

El concierto en primera fila del venezolano, Franco de Vita, hizo honor a su nombre. Y es que el cantante de raíces italianas se bajó de la tarima e interactuó con el público quiteño, como un espectador más. Su presentación empezó ayer (viernes, 23 de mayo) a las 21:00 en el Coliseo Rumiñahui. La puntualidad de De Vita se ganó el aplauso de la gente. Una pantalla colocada en el centro de la tarima dejó ver una imagen bastante llamativa de un cielo estrellado con una luna llena. De pronto se vio el rostro del artista y se empozó escuchar su voz. Los aplausos no se hicieron esperar cuando entró en escena. Inmediatamente se dejaron ver imágenes de tambores y timbales que entonaban una melodía bastante tropical. El venezolano vestía chaqueta y pantalones negros. Con gesto amigable señalaba al público, mientras empezaba a interpretar los éxitos de su último disco. El sonido tenía un aire bastante tropical y andino. De Vita animaba al público para que aplauda y levante las manos. Unas luces amarillas salieron despegadas hacia el centro de la tarima. Esto brindó un ambiente bastante moderno y electrónico al show. Los músicos vestidos de negro manejaban sus instrumentos con bastante precisión y acompañaban al cantante, quien demostró que todavía posee una voz pulcra, afinada y limpia. Las imágenes en la pantalla cambiaron y dejaron ver: cataratas selváticas, ballenas, árboles y niños jugando. Y es que el mensaje de su próximo tema fue: vivir en un mundo sin violencia y sin guerra. “Que ya lo políticos no engañen a sus pueblos”, gritaba a todo pulmón el baladista. La tecnología jugó un papel importante en el evento. Dos temas fueron acompañados virtualmente por los cantantes Wisin y Gloria Trevi, quienes se veían proyectados en unas plataformas especiales. Luego, el artista agradeció a varios de sus paisanos venezolanos que estaban sentados en las primeras filas y flameaban una bandera del país llanero. Llego el momento de la interacción. El venezolano se bajó del escenario y pidió a una fanática que lo acompañe cantando uno de sus temas. Sin duda, los nervios y la emoción le jugaron una mala pasada y la joven solo cantó unas cuantas frases. Franco de Vita se mostró juguetón, alegre y bromista. Luego, convido al público para que lo ayude a cantar sus temas y volvió a la tarima. Un piano ya estaba en el centro del escenario. Sus notas dieron vida al tema Tú me das. El fuerte de la noche fue la presencia de los amigos artistas de De Vita. Primero apareció el colombiano, Lucas Arnau, quien fue bien recibido por la gente. En la pantalla se proyectaban imágenes de los recordados cassettes. Esa escenografía llenó el Rumiñahui de un ambiente retro. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario